Escritora y Periodista
Monstruo Azul, una lección de convivencia
Para cada valor, lección o aprendizaje que queramos transmitir a nuestros niños y niñas, en los cuentos infantiles encontramos el soporte indicado. Gracias a personajes de fantasía y mundos de colores, podemos enseñarles a los peques a construir a través de sus acciones, un mundo mejor. Monstruo Azul es el cuarto título de la colección Monstruo Rosa, de la escritora e ilustradora española Olga de Dios. Este cuento en particular tiene la fortaleza de transmitir, de manera amena y divertida, los valores del respeto, la empatía y la convivencia.
¿Cuál es la historia de Monstruo Azul?
Monstruo Azul es uno de esos cuentos que conquistan con la ternura de sus personajes y la transmisión de valores fundamentales para la vida en sociedad. En la primera página nos encontramos con el adorable Monstruo Rosa, quien es el que nos presenta la historia de su amigo, Monstruo Azul.
Todo inicia en el bosque, un lugar maravilloso en el que el sol brillaba, las aves cantaban y los árboles florecían. Aquel era el hogar de cuatro simpáticos personajes: Bocas, Monstruo Naranja, Harri y por supuesto, Monstruo Azul.
Cada uno de ellos tenía algo especial que lo hacía destacarse. Bocas tenía una gran voz, con la que podía cantar incluso más alto que todas las aves. Monstruo Naranja tenía larguísimas piernas, con las que saltaba hasta llegar a las nubes. Y Harri tenía una gran fuerza, con la que podía levantar pesadas piedras y arrojarlas muy lejos.
Todos se sentían los mejores en sus actividades. Pero Monstruo Azul no sabía en qué podía diferenciarse, para ser también el mejor. Él tenía brazos muy largos, y aunque sus amigos le sugerían cosas que podría hacer con ellos para destacarse, no se sentía feliz con ninguna.
En las horas de juegos, cantos en las mañanas, saltos en la tarde y arrojar piedras en la noche, Monstruo Azul nunca era el mejor. Un buen día, nuestro adorable protagonista empezó a ver como el bosque cambiaba.
Ya las aves no querían cantar, los árboles no florecían, las nubes no cambiaban de color e incluso las piedras parecían tristes. Monstruo Azul les preguntó entristecido por qué ya no querían jugar más, pero nadie le respondió.
Entonces, con uno de sus largos brazos rodeó el tronco de un árbol, abrazándolo con cariño. ¡Y el árbol le respondió el gesto! Entonces conversaron, y Monstruo Azul aprendió a escuchar.
Después de abrazar al árbol, extendió sus largos brazos y abrazó también al bosque entero. Conversando y escuchando, se dio cuenta de las cosas que les estaban entristeciendo y de todo lo que sentían.
Acto seguido, se fue a conversar con sus amigos. Bocas, Monstruo Naranja y Harri escucharon con atención, y fue de esa forma que aprendieron a cantar junto a las aves, a saltar sobre los nenúfares y a construir con las piedras en vez de lanzarlas.
Así consiguieron que su hermoso bosque se convirtiera en un lugar mejor. Al llegar Monstruo Rosa, el cariñoso Monstruo Azul le recibió haciendo lo que él sabía hacer mejor: ¡Dándole un gran abrazo!
Valores para la integración social
Monstruo Azul es una encantadora historia, ideal para los niños y niñas a partir de los tres años de edad. Se trata de un libro de tapa dura y formato mediano, que combina recursos visuales y una expresión de sencillez y dulzura, para destacar los valores de la convivencia, la escucha activa, la conversación, el respeto al otro y la integración social.
Lo que nuestro protagonista logra con una asertividad encantadora, es salir de su propia posición para dialogar con los otros, escuchando de manera atenta sus inquietudes, sus preocupaciones y motivos de discordia. Luego de ello, se establecen nuevos acuerdos, con los que todos los habitantes del bosque se sienten más felices.
Se trata de una adorable historia para fortalecer en nuestros niños y niñas la concepción de las relaciones sociales, desde la óptica del diálogo, la tolerancia y el respeto.
Lo que más nos ha gustado
Punto aparte merecen las adorables ilustraciones de Monstruo Azul. Nuestros peques no quedarán indiferentes ante el despliegue de inocencia, creatividad y ternura que vemos en cada personaje.
El bonito Monstruo Azul, con sus largos brazos, el espigado Monstruo Naranja con sus piernas infinitas, el ruidoso Bocas, con una boca grande y llena de dientes, y el fortachón Harri, lleno de músculos. El resto del entorno acompaña, presentándonos un bosque lleno de color y fantasía.
Conclusiones
Monstruo Azul es una preciosa historia para compartir con nuestros hijos e hijas, dando pie al diálogo y a conversar sobre sus dudas. Con frases sencillas, una historia amena e ilustraciones tiernas y coloridas, el cuento aporta a nuestros peques valiosas lecciones de convivencia.
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