Arquitecta
¿Por qué dar a conocer la arquitectura a la infancia?
La arquitectura es un arte y por lo tanto un lenguaje, mediante su enseñanza a través de talleres y workshops se pretende generar en niños y niñas nuevos y diversos modos de experimentación creativa, lo cual permite representar de manera artística infinitas soluciones proyectuales, que serán tan variadas, divergentes y creativas como individuos sean.
La arquitectura en la infancia debe ser observada como una herramienta pedagógica más, complementaria a la formación reglada. A través de los talleres de arquitectura es posible realizar una pedagogía activa, basada en el reconocimiento y la aceptación de las diferentes capacidades y desarrollos individuales; educar para participar y opinar, lo que contribuye a modificar aquellos aspectos negativos que se crean necesarios; concienciar a los niños y niñas sobre conceptos como libertad individual en un determinado contexto social; reforzar el desarrollo integral: desde lo micro: yo —hogar— escuela, hasta lo macro: todos y todas —comunidad— territorio.
La arquitectura y el urbanismo como excusa real y tangible para educar en valores, tolerancia, respeto, igualdad, equidad, inclusión, que queden guardadas en la memoria individual de cada niña y niño, y por ende en el imaginario colectivo de las sociedades
Como dice Tonucci: “Si las ciudades se diseñan para (con) la infancia tendrá repercusiones positivas para todo el conjunto, porque serán espacios inclusivos, igualitarios.”
Los juegos de construcción desde la primera infancia
Las clases de arquitectura refuerzan una actividad manipulativa-constructiva natural desarrollada desde la primera infancia, mediante la manipulación de objetos a partir de los primeros meses. Tras el descubrimiento de sus manos, el bebé intentará coger, golpear, acercar sus manos hasta manipular los objetos cercanos, el cálculo de esas distancias desarrollará su coordinación óculo-manual, que será la base de su posterior desarrollo en la lecto-escritura, años más tarde.
Esta habilidad se irá perfeccionando en el tiempo, hasta poder encastrar un objeto dentro de otro, apilarlos, arrojarlos y observar qué sucede, para volver a comenzar.
En tanto el bebé va creciendo, posibilitar el juego libre de construcción será positivo al promover la inteligencia espacial para reconocer, manipular y respetar el entorno.
El desarrollo de las técnicas grafo-plásticas en niños y niñas de infantil puede ser promovido desde el diseño de proyectos arquitectónicos con la realización de modelos, maquetas y dibujos, estimulando de este modo la motricidad fina.
En cada etapa evolutiva los niños y las niñas irán modificando y/o perfeccionando sus juegos constructivos, ya que al desarrollar un proyecto arquitectónico y/o urbanístico, mediante el juego de construcciones, se ofrece metodología, experimentación y juego libre.
En The Power of Play, el autor David Elkind nos asegura que el juego imaginativo no programado ayuda mucho a preparar a los niños para el desempeño académico y el éxito social.
Además, desde la enseñanza de la arquitectura se promoverá el desarrollo de la inteligencia espacial, una de las ocho inteligencias del modelo creado por Howard Gardner en la Teoría de las Inteligencias Múltiples en 1983. Esto es, la capacidad de poder crear ideas mentales y visualizarlas en el espacio, dicho de otro modo, lograr pensar en tres dimensiones y poder representar de distintos modos esas ideas.
En la inteligencia espacial se conjuga la percepción junto a habilidades mentales abstractas. Al desarrollar un proyecto arquitectónico se representa una idea mediante la creación de modelos y maquetas a escala, lo cual, junto con el manejo de la orientación en el espacio, (ubicarlo en un plano o mapa) son destrezas que podemos planificar desde la arquitectura.
La utilización del dibujo técnico abstracto en arquitectura es una herramienta fundamental para el desarrollo de un proyecto. La arquitectura es comunicable, por lo tanto es factible enseñar a los niños y niñas los sistemas gráficos arquitectónicos como una herramienta más, nunca como un fin en sí mismos, en donde puedan desarrollar el pensamiento abstracto sin perder las altas dosis de imaginación que poseen.
Vigotsky en La imaginación y el arte en la infancia indica que la construcción de un conocimiento exige que se registren los rasgos generales del objeto conocido y saber extraer dichos rasgos aislados de un conjunto complejo tiene gran importancia para el trabajo creador” e indica al final de su libro: «La formación de una personalidad creadora proyectada hacia el mañana se prepara por la imaginación creadora encarnada en el presente».
El simple hecho de quitar instrucciones para construir, dejar hacer, imaginar con máxima espontaneidad creadora. El objetivo es intensificar la creatividad desarrollada en la infancia mediante los talleres de arquitectura desde la propia y particular experiencia de diseñar.
El desarrollo de una obra de arquitectura que estará implantada en algún lugar específico del mundo, nos posibilitará explorar y respetar ese medioambiente singular y su naturaleza para conocer, empatizar y localizar nuestra obra. Deberemos primero crear conciencia para, a posteriori, pasar a la acción con la implantación de nuestro proyecto y comprender que el mundo es nuestra responsabilidad y los recursos finitos.
Educar a ciudadanas y ciudadanos del futuro
Como personas adultas es nuestra obligación informar y sensibilizar a las niñas y niños sobre estos temas y desde la infancia debemos crear valores de cuidado, empatía, conciencia, sustentabilidad, sostenibilidad, regeneración del medio ambiente, huellas ecológicas, interdependencias, sinergias colectivas y justicia ambiental.
La pandemia de Covid19 ha puesto en evidencia las carencias del sistema, la normalidad tal cual la conocíamos ha colapsado y ante ello debemos repensar sobre lo actuado y proponer soluciones inteligentes para el futuro.
Y el futuro son nuestros niños y niñas. Necesitamos de todos nuestros instrumentos intelectuales para transmitirles soluciones factibles, esta debería ser la nueva normalidad.
Despertar el interés por la arquitectura y el urbanismo en la infancia es interesarse por lo físico y lo metafísico, por el vacío y por lo construido, por las luces y las sombras, por la orientación y las diferentes geomorfologías de los entornos en los cuales proyectamos, por la escala humana y las estructuras, por las características del espacio y por las proporciones de lo arquitectónico. Por los servicios e infraestructuras que llegan a nuestros hogares, por los modos de vida actuales en las ciudades y en los campos, y por los modos de vida de hace millones de años cuando comenzamos los seres humanos a construir refugios, por la sensibilidad a los diferentes materiales y colores, y de la poética de la arquitectura, de aquello que nos emociona de los espacios, todo esto y tantísimo más que seguramente se queda en el tintero mediante el maravilloso juego de construir y habitar.