Elisabeth Martín Espinosa

Soy Elisabeth, para muchos Eli, pero desde hace casi 4 años he pasado a ser la mamá de Dalí.

Ser mamá ha sido un antes y un después, no solo en la forma en la que me ha cambiado la vida, sino en como veo el valor de ciertas cosas que antes pasaban desapercibidas.

La educación siempre ha formado parte de mi vida, y desde que supe que iba a ser mamá me interesé por la manera más respetuosa de educar al pequeño Dalí.

No soy una mamá perfecta, de hecho, me cuesta serlo, pero me esfuerzo al máximo y me acepto así tal cual, imperfecta.

Una de las etapas más difícil que hemos pasado Dalí y yo fue el inicio de lactancia, aprendimos juntos y nos llevo un tiempo adaptarnos, pero sobre todo aprendimos que todo necesita su proceso, que esperar con paciencia y no tener prisa es la clave de muchas etapas de la maternidad.

Así que el destete tenía que ser nuestro, sin importar nada más que nuestro bienestar, progresivamente, poco a poco, sin prisas, con amor, sin negar, hablando, leyendo cuentos…sin quitar los sentimientos encontrados que nos hacían llorar y abrazarnos muy fuertes. 

De todo esto nació este cuento tan especial para nuestra familia y que nos gustaría que sirviera de ayuda y apoyo a otras mamis y sus peques.