Emprendedora
La literatura que nos salva
Dijo Pablo Neruda: “si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida”. Y yo añado: “si nada nos salva de la muerte, que la literatura nos salve de la vida”.
Esto es lo que me inspira “Soy farero”, una historia escrita por Laura García Martínez e ilustrada por Teté Cirigliano, que fue creada por su autora como parte de un proceso de duelo.
En el año 2020, Laura que estaba embarazada de gemelos, perdió a uno de sus hijos en el parto. Mario fue el pequeño que sobrevivió y necesitó un tiempo de cuidados intensivos en un centro hospitalario de A Coruña; a través de cuyas ventanas Laura solía observar un faro. Así fue como en medio de una situación de terrible sufrimiento en la que acaba de perder a un hijo y temía por la vida de otro; el faro se convirtió en un símbolo de guía y esperanza para la escritora, que sirvió de inspiración para dar luz a la historia que nos narra en “Soy farero”.
En diversas entrevistas, Laura también cuenta que se sintió muy sola porque no sabía que fuese algo tan común; por lo que una de sus intenciones de escribir y compartir su historia es conseguir que otras personas que puedan estar pasando por esta misma situación puedan sentirse acompañadas. También dice la autora que quiso escribir el libro para su hijo Mario, de forma que pudiera saber “que tiene un hermanito que lo está cuidando desde el faro”.
Profundizando un poco más
El cuento, narra la historia de Laura a través de una metáfora en la que dos hermanos que van navegando se enfrentan a una fuerte tormenta. De esta forma, puede tener varias lecturas por lo que puede estar dirigido tanto a menores como a personas adultas.
El texto está escrito en un lenguaje más propiamente dirigido a una edad adulta ya que las frases son largas y ciertamente profundas, con un vocabulario más complejo que sencillo. Sus palabras transmiten emoción y belleza, por lo que es un gran disfrute para quien lo lea.
Sin embargo, al tener esta doble lectura, la trama de la historia que se cuenta con dos hermanos como protagonistas, es más bien una historia de aventura muy entretenida y fácil de comprender para la infancia. Como recurso educativo infantil puede ser muy interesante ya que nos sirve para transmitir valores muy necesarios como el amor, la bondad, el cuidado y la ayuda a los demás… Gracias a sus ilustraciones que reflejan perfectamente el hilo de la historia, se puede adaptar a las diferentes etapas de la infancia con la presencia de una persona adulta que se ajuste a las necesidades y el nivel de comprensión de cada peque en particular.
Sus ilustraciones son realmente bonitas y a lo largo de todo el cuento tienen como protagonista principal el mar y elementos de la naturaleza: el azul del agua, el oleaje, las gaviotas, un barco, la tormenta, el faro, un cielo estrellado…
Lo mejor del libro
Lo mejor del libro es la historia que hay detrás. Lo que me parece más importante es que muchas familias pueden sentirse identificadas con el relato de su autora. Todas las historias merecen ser contadas, sobre todo aquellas que por un motivo u otro están silenciadas en la sociedad.
Aspectos a mejorar
Quizás la tipografía, aunque es realmente bonita, debido a su forma, tamaño y el color en una de las páginas; es posible que pueda ocasionar dificultades en la lectura de personas con baja visión. Algo que en caso de suceder puede solucionarse con la ayuda de una figura de apoyo.
Conclusión
“Soy farero” es un libro muy valioso que cumple a la perfección con las intenciones de su creadora: es el reflejo de una historia de superación personal en la que la escritora “convierte en luz la oscuridad” y a través de la creatividad transforma una dolorosa experiencia en una obra que le sirve no sólo para atravesar su propio proceso; sino también para acompañar a otras personas que lo necesiten y visibilizar esta realidad.
Lo recomiendo de corazón.
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